Reseña - Toy Story 4: El emocionante viaje hacia un nuevo comienzo
Este 20 de junio se estrena en cines.
Por Javiera Concha E.
La despedida de Andy y sus juguetes, una de las escenas más emotivas del cine parecía ser el cierre magistral para la trilogía de Toy Story. O fue lo que creímos. Pixar pensó que la historia de Woody, Buzz y la pandilla aún no estaba finalizada y que todavía quedaba una cuarta historia que contar en la gran pantalla. Una idea que dividió al público porque nadie quería ver opacado una de las franquicias de animación más queridas de todos los tiempos, pero Toy Story 4 es tan mágica como sus predecesoras y logrará emocionarte, reír o llorar sin importar cuán adulto seas.
Han pasado ocho años desde el estreno de Toy Story 3, un largo periodo, pero dentro de la línea temporal de la saga no es así, presentándonos a Bonnie que actualmente es la dueña de los juguetes. A días de entrar a clases, está un poco nerviosa sobre esta nueva etapa que debe enfrentar lo que la llevará a crear a Forky, un tenedor de plástico hecho con productos reciclados que se convierte en el nuevo preferido de Bonnie. Paralelamente Woody (Tom Hanks) a pesar de ya no ser el juguete favorito como lo fue con Andy, intentará proteger a su niña para que no se sienta sola. Sin embargo, la presencia de este juguete que proviene de la basura, hará que otra vez el vaquero tenga que vivir una nueva aventura con emocionantes reencuentros, que lo harán reflexionar sobre su propia existencia y sobre cuál es el verdadero propósito en la vida de un juguete.
La historia está llena de momentos cómicos gracias a la inclusión de nuevos personajes que ayudarán a la pandilla a conseguir su objetivo: rescatar un juguete, siempre pareciera ser el mismo fin en toda la franquicia, pero no por esto deja de impresionar como logran hacer del viaje una mezcla de comedia y melancolía enlazados con la evolución admirable de los personajes al llegar al final de la cinta. Los nuevos juguetes Duke Caboom (interpretado en el doblaje inglés por Keanu Reeves), los peluches Ducky y Bunny y el incomprendido Forky son las piezas que vienen a refrescar al elenco. Sobre todo este último que logrará brillar más que cualquier juguete dentro del filme, sin siquiera saber cómo serlo.
Como ya mencionamos, también encontrarás muchos momentos nostálgicos a lo largo de la película que te harán llorar. Se puede decir que esta cinta es un viaje más psicológico y profundo que las anteriores, debido a que nuestros juguetes protagonistas tienen una mirada más adulta de la vida, por lo tanto, al ser más maduros tienen que tomar decisiones para avanzar al siguiente nivel del juego. Durante esta evolución, la muñeca Gabby Gabby, cumplirá un poco el rol de villana pero a la vez también nos mostrará la otra cara de ser un juguete. Su historia servirá de puente hacia el descubrimiento de la propia identidad y dependiendo del momento que estés pasando, hará pensar a los espectadores sobre lo que realmente quieren en sus vidas.
Para lo anterior, también será fundamental Bo Peep (o Betty como la conocemos en latinoamérica). Esta pastora de porcelana no apareció en Toy Story 3 y tampoco se hizo mucho énfasis sobre su existencia, pero ahora conoceremos su destino y cómo sobrevivió sola todos estos años. Su camino se vuelve a cruzar con el de Woody, quien ante sus ojos sigue siendo el mismo alguacil que se preocupa de sus amigos, pero ella ha cambiado. Esto libera el mayor miedo y conflicto de él que se ha visto en las tres películas anteriores: ser un juguete perdido.
Lo que más se extraña en esta cuarta entrega es la poca participación de personajes como Jessie, Slinky, Rex y los Señores Cara de Papa, entre otros. Si bien salen y todos tienen una pequeña línea, se echa de menos como todos lograban resolver el problema principal, pero se nota que quisieron hacer de este filme un viaje más personal solo para uno de ellos y no grupal, como estábamos acostumbrados. Mientras que Buzz, nuestro héroe espacial también está viviendo su propio “viaje interno” pero no tan emocional como Woody, sus apariciones son muy graciosas y su famosa frase “hacia el infinito y más allá" tomará más sentido que nunca.
La primera Toy Story marcó el inicio de las películas animadas hechas con computador. Ya han pasado 24 años desde su estreno y el estudio de animación PIxar se ha superado a sí mismo creando iluminaciónes y objetos que parecen casi reales. La lluvia al inicio de la película es claro ejemplo de esto, una secuencia que podría ser perfectamente la grabación de un temporal en la vida real. Los juguetes siempre han destacado por el realismo del material del cual están hechos y en Toy Story 4 siguen luciendo aún mejor. La piel de porcelana brillante de Bo Peep pareciera ser tal, y los rasgos de Gabby Gabby reflejan la elegancia y antigüedad que tendría una muñeca de fines de los cincuenta. Todo el arte en esta cuarta entrega es bellísimo, cada elemento es imposible de analizar de inmediato, pero si pudiéramos pausar cada plano notariamos cuanto trabajo hay en cada detalle de todos los lugares que recorren Woody y sus amigos, acompañados en todo momento por la música y clásicas melodías que representan el valor de la amistad y el amor en la cinta.
La película cumple en todos los aspectos, pasarás por la diversión y el llanto en un carrusel lleno de emociones en lo que parece ser solo un capítulo más de este largo cuento lleno de aventuras hacia el infinito. No sabemos si Toy Story 4 sea el final de la historia, pues como ya vimos aún quedaba un capítulo más que contar. Pero en caso de que fuera el adiós de la franquicia, se despide otra vez en grande, creando escenas que recordaremos a lo largo de los años y convirtiéndose en una pieza más para atesorar en nuestra estantería de juguetes que aún mantenemos en la memoria.
Recuerda que Toy Story 4 la puedes ver en cines a partir de este 20 de junio.