Temporada de live-actions: ¿Sí o no?
Por Paula Arenas Mujica.
Warner Bros Japón anunció hace algunos días la producción de una película en versión live-action del popular manga y serie de animación “Bleach”. La cinta, cuyo estreno está fijado para 2018, será dirigida por Shinsuke Sato, quien trabajó también en la realización de la película en imagen real del manga “Gantz”. Además se anunció que el actor japonés Sota Fukushi será quien dará vida al protagonista de esta historia:el estudiante/shinigami Ichigo Kurosaki.
Igualmente, otras obras destacadas de la animación como “Tokyo Ghoul”, “Gintama”, “Jojo’s Bizarres Adventure” y “Fullmetal Alchemist” se preparan para su próximo estreno en el cine japonés, todos ellos como adaptaciones en live-action. Así, desde el momento en que estas nuevas producciones fueron anunciadas, fanáticos de todas partes comenzaron a expresar sus primeras impresiones, algunos con emoción y otros con gran escepticismo.
Si bien, siempre resulta interesante ver cómo recrean las grandes historias del animé en el contexto de “la vida real”, existen también distintos factores que pueden influir tanto en el éxito como en el fracaso de una adaptación live-action. Así ocurre, por ejemplo, con “Fullmetal Alchemist”, el manga creado por Hiromu Arakawa y animado en dos versiones (2003 y 2009) que se transformaron en una de las series más populares de Japón. Sabemos entonces que la historia de los hermanos Elric tiene la potencia necesaria para hacer de cualquiera de sus nuevas adaptaciones un producto épico, sin embargo, la nacionalidad de sus protagonistas alarmó a los fanáticos.
Recordemos que “Fullmetal Alchemist” se sitúa en la ficticia ciudad de Amestris y hace una obvia alusión a países europeos, que se puede evidenciar con los nombres y características físicas de sus personajes -como Von Hohenheim, por ejemplo-. El live-action, por el contrario, cuenta sólo con la participación de actores japoneses que, evidentemente, no comparten los rasgos de sus respectivos roles.
Ahora bien, ¿Es tan importante la apariencia de los personajes? ¿Cambia la historia porque los ojos de Edward sean oscuros y el cabello de Winry castaño?. Consideremos que la animación siempre tendrá su manera de recrear a las personas en un prototipo inalcanzable para humanos reales, así que el desafío de cada intérprete, más que lucir igual al personaje, es entender e interiorizar su esencia. Recordemos por ejemplo al actor Takeru Sat? que aún sin el característico cabello rojo de Himura Kenshin obtuvo el aplauso de la crítica y el público, protagonizando la versión live-action de la popular serie “Samurai X” (2012), demostrando que sí es posible dar vida a un personaje tan emblemático.
Otro aspecto importante dentro de todo live-action son los efectos especiales, que son una especial preocupación si se trata de historias de acción. En el caso de “Fullmetal Alchemist”, por ejemplo, su director Fumihiko Sori explicó que la realización de la cinta estaba prevista para 2013, pero no fue hasta 2016 que contaron con la tecnología adecuada para dar vida a la alquimia. En este aspecto el presupuesto juega un rol primordial en la producción de efectos especiales y lamentablemente Japón no cuenta con los mismos números que la industria de Hollywood. Así lo explicó Kentar? Hagiwara, director del live-action del manga “Tokyo Ghoul”, quien comentó en Anime Expo 2017 que debieron ser muy creativos para lograr la imagen deseada de los kagune, sabiendo que se tratan de una parte crucial en la historia.
Los efectos especiales pueden ser el factor que termine por destruir cualquier intento de live-action que esté dentro del género de acción. La adaptación de “Shingeki no Kyojin” es un muy buen ejemplo de este problema, donde el trabajo de efectos especiales estuvo lejos de alcanzar las maravillas del equipo de maniobra tridimensional ideado en el manga de Hajime Isayama.
Finalmente, uno de los puntos más importantes en una película de imagen real es nunca perder de vista la esencia de la historia y los personajes originales. Pensemos por ejemplo en el nuevo “live-action” estadounidense, realizado por Netflix, del icónico manga “Death Note”, una de las series más populares de la animación no sólo en Japón sino que a lo largo de todo el mundo, un relato conocido y consagrado que reaparece en escena gracias a la cadena de streaming.
Aunque la película aún espera su estreno para el 25 de agosto las imágenes promocionales provocaron gran incertidumbre entre los fanáticos, principalmente por los personajes. Y no, no se trata de que L sea interpretado por un actor de piel negra o que Light sea rubio, se trata más bien de la forma en que fueron presentados. Imágenes como un exaltado L gritando ante la prensa, Light llorando en el suelo o Misa -en este caso Mía- siendocordialmente informada de los planes de Light eran escenas impensadas dentro del manga o la serie, y que chocan con la sombría tónica que debería marcar la historia de esta lucha entre genios.
Podemos comparar la propuesta de Netflix con la película en imágen real de “Death Note” del director Shusuke Kaneko. Un filme estrenado en el 2006, y próximo a ser emitido por las salas de cine chileno (31 de julio), la cinta ha sido elegida por los fanáticos como uno de los mejores live-action basados en un manga, pese a tener algunas críticas sobre el trabajo de digitalización del Shinigami Ryuk, e incluso con un desenlace distinto al original en la secuela. Se trata entonces de una película con un guión bien estructurado y una interpretación aclamada por la crítica, que logró conservar la esencia del relato aún con todas las diferencias.
Aún quedan muchas adaptaciones para seguir apreciando, o criticando tal vez, los live-actions. La tecnología continúa evolucionando y permitiendo que cosas que sólo suceden en el animé puedan volverse factibles en imagen real. La animación japonesa es, en la actualidad, la que sustenta económicamente a la industria del cine en Japón, lo que no es más que el resultado de varios años de trabajo dedicado, y grandes inversiones de dinero, que han permitido la creación de las más increíbles obras de arte. Quizás, algún día en el futuro, los live-actions lograrán la misma calidad y podamos encontrar también en ellos una obra digna de presenciar.