Nos deja Isao Takahata, una de las mentes brillantes del anime

Isao Takahata, una de las leyendas del anime, falleció el día de ayer a los 82 años. Dejando atrás un legado de más de 50 años de series y peliculas emblemáticas, como La tumba de las luciérnagas (1988), Pompoko (1994)y El cuento de la Princesa Kaguya (2013).

Pereció debido a un cáncer de pulmón que se ramifico hasta su corazón provocando malas condiciones de salud desde el año pasado, lo que lo llevó a ser hospitalizado varias veces.

Un trabajor que se mantiene anonimo del Studio Ghibli se refiere a la última vez que lo vio en Noviembre:  "Siempre había dado la impresión de ser un niño curioso con ojos brillantes, pero parecía tan cansado que parecía una persona completamente diferente".

Al ingresar a la industria del anime como un empleado de Toei Doga (el precursor de Toei Animation), Takahata pasaría a tener una carrera tremendamente larga y exitosa. Pocos años después de comenzar en Toei, conoció a un nuevo recluta llamado Hayao Miyazaki, y los dos trabajarían juntos en una serie de proyectos después de que ambos abandonaron la compañía en 1971.

Su debut como director fue Horus: Prince of the Sun de 1968, una fantasía épica en la que Miyazaki fue un animador clave. Durante la década de 1970, Takahata, dirigió la famosa serie de televisión de anime Heidi,  y Ana de la Tejas Verdes, así como varios episodios de Lupin III. Todos se convirtieron, y han permanecido, en íconos culturales en Japón, incluso fuera de la comunidad de fanáticos del anime.

Al darse cuenta de que tenían una verdadera habilidad para hacer anime, Takahata y Miyazaki, junto con el productor Toshio Suzuki, fundaron Studio Ghibli en 1985. Desde entonces, Miyazaki ha pasado a ser sinónimo del nombre Ghibli en la mente de muchos cinéfilos, pero podría decirse que la primera película del estudio en ganar un respeto internacional sustancial fue La tumba de las luciérnagas dirigida por Takahata (originalmente lanzada en Japón en 1988).

A pesar de, su currículum profesional inmensamente impresionante, Takahata pasó gran parte de su carrera obteniendo poca o ninguna atención en el extranjero. Su trabajo televisivo de la década de 1970 es anterior a la apreciación internacional del anime. Y cuando Studio Ghibli se convirtió en un nombre fácilmente reconocido entre los críticos del anime a principios de la década de 2000, el enfoque principal siempre fue en las películas de Miyazaki, como El viaje de Chihiro (2001), El castillo ambulante (2004) y Ponyo (2008).

Fue realmente sólo después de que nuevos admiradores atraídos por el Studio Ghibli comenzaron a buscar en las series más antiguas no solo de Ghibli, sino también del personal clave del estudio, que los críticos en inglés realmente comenzaron a cantar las alabanzas de Takahata.

En cierto modo, sin embargo, eso parece casi apropiado. Takahata era infame por tomarse su tiempo en proyectos (Miyazaki especuló una vez que su camarada Ghibli debía ser "descendiente de perezosos"), y aunque desarrolló un estilo distintivo e inimitable, nunca le gustó llamar mucho la atención.

Entonces, ahora que ya no está con nosotros, sus obras y su legado, aún esperan pacientemente a que todo el que ama la animación las disfrute.

Fuente: Rocketnews